La madrugada del sábado en San Salvador de Jujuy se registró un hecho de sangre que enlutó a la comunidad de Alto Comedero. Juan Vanega, un joven de apenas 15 años, perdió la vida tras recibir múltiples heridas punzantes durante un enfrentamiento que se desencadenó en las inmediaciones de una celebración de egresados. El incidente tuvo lugar en la zona comprendida entre Tupac Amaru y Bicentenario, donde grupos rivales de diferentes sectores de la ciudad se vieron envueltos en una confrontación motivada por conflictos territoriales entre bandas juveniles.
Los primeros reportes indican que la víctima se encontraba acompañado por un menor de 13 años cuando fue interceptado por una patota. El compañero también sufrió lesiones, aunque de menor gravedad, presentando un hematoma en la región frontal. Grabaciones de testigos capturaron los momentos de violencia, material que ya forma parte de las pruebas que maneja la justicia. La comunidad respondió con una marcha de protesta al día siguiente, aunque la manifestación derivó en actos de vandalismo y desorden.
Las fuerzas de seguridad provincial avanzaron rápidamente en las pesquisas. Mediante operativos de rastrillaje en domicilios ubicados en el barrio Tupac Amaru, basándose en testimonios recabados, lograron aprehender a dos menores de edad como principales sospechosos: un varón de 15 años y una joven de 16, ambos acusados de perpetrar las puñaladas mortales. Adicionalmente, otros adolescentes de entre 13 y 16 años que integraban el grupo fueron detenidos y trasladados a las dependencias de investigaciones de la zona.
La investigación fue derivada al fuero de menores, donde se espera que durante la jornada de hoy se formalicen los cargos contra los imputados, una vez que se complete el estudio tanatológico del cuerpo. Se anticipa que los principales involucrados permanecerán bajo medidas cautelares de privación de libertad mientras avanza el proceso judicial. El Ministerio Público Fiscal coordinó los allanamientos con la intención de actuar con celeridad y evitar posibles represalias entre facciones.
Este suceso pone nuevamente en evidencia la problemática de la violencia juvenil en Alto Comedero, un barrio que ha experimentado episodios similares en el pasado. Los enfrentamientos entre grupos de adolescentes responden a códigos no escritos que rigen las dinámicas barriales, generando un clima de tensión permanente. Desde las autoridades se ha hecho un llamado a los vecinos para que colaboren proporcionando información que permita esclarecer completamente los hechos y prevenir nuevos actos de violencia en la comunidad.
