Arranca el proceso judicial por el femicidio de Angelina Gonzáles en Pampa Blanca
Durante la jornada de este miércoles se llevó a cabo la apertura de la etapa de debates en el caso que investiga la desaparición y posterior hallazgo sin vida de Angelina “Angie” Gonzáles, una adolescente de 15 años originaria de Pampa Blanca. La joven desapareció el 3 de mayo pasado y su cadáver fue recuperado al día siguiente en la zona ribereña del río Las Pavas, en un área boscosa próxima a esa localidad jujeña.
Adrián Ochoa, quien permanece bajo custodia preventiva, enfrenta cargos por “homicidio doblemente agravado por la existencia de una relación sentimental previa y por la concurrencia de violencia machista”. El acusado compareció ante el tribunal acompañado por su representante legal, el abogado Sergio Brodkiewiez, para participar en las audiencias de juicio oral.
El tribunal está integrado por las magistradas Ana Carolina Pérez Rojas en carácter de presidenta, María Alejandra Tolaba y María del Rosario Hinojo. En esta primera sesión, los jueces escucharán declaraciones de once testigos que fueron convocados para esta etapa. Tanto la Fiscalía Especializada en Violencia de Género como la representación del Consejo Provincial de la Mujer e Igualdad de Género participan activamente en el proceso.
Los antecedentes del caso remontan al 3 de mayo, cuando alrededor de las cinco de la tarde, la adolescente abandonó su vivienda ubicada en el barrio San Expedito de Pampa Blanca. Pasadas las nueve de la noche, la Seccional 45º puso en marcha el protocolo de búsqueda tras recibir la denuncia de desaparición presentada por la madre de la víctima.
Desde el inicio, los allegados de “Angie” sospechaban que Ochoa habría concertado un encuentro con ella. La progenitora se dirigió al domicilio del sospechoso para indagar sobre el paradero de su hija, pero él proporcionó respuestas evasivas, alegando que hacía tiempo no tenía contacto con la joven y que había estado pescando toda la tarde.
Al día siguiente, alrededor de las nueve de la mañana, el personal del Same fue alertado sobre un supuesto acto de autoeliminación. Al llegar a la casa de la familia Ochoa, lograron intervenir a tiempo y salvaron la vida del único imputado, quien había consumido un plaguicida. Trasladado de emergencia al hospital “Arturo Zabala” de Perico, su estado de salud fue mejorando gradualmente. Fue durante su recuperación que el inculpado confesó su participación en el crimen y reveló la ubicación exacta donde había dejado el cuerpo. Aproximadamente a las once de la mañana, los restos fueron localizados en la ribera del río Las Pavas, en el límite territorial entre Jujuy y Salta.