La Policía Federal Argentina logró detener en la provincia de Entre Ríos a un individuo que contaba con una orden de búsqueda a nivel nacional. El sujeto, de 59 años, enfrentaba graves acusaciones vinculadas a delitos sexuales cometidos contra su propia hija durante un lapso de treinta años.
El calvario de la víctima comenzó cuando apenas contaba con seis primaveras. La situación se prolongó durante casi tres décadas en una vivienda ubicada en Pilar, provincia de Buenos Aires, donde convivían el agresor, la madre, la víctima y sus hermanos. Como consecuencia de estos vejámenes reiterados, la mujer quedó embarazada en dos ocasiones, siendo el padre biológico el mismo victimario.
El quiebre en el silencio llegó cuando la mujer cumplió 35 años. En ese momento, estableció una nueva relación sentimental que le permitió encontrar fuerzas para presentar la correspondiente denuncia ante las autoridades judiciales. Este acto de valentía marcó el inicio de las investigaciones que perseguían al agresor.
Los agentes federales realizaron un exhaustivo trabajo de inteligencia que los condujo hasta la localidad entrerriana de San José, donde presumían que el buscado se encontraba residiendo. Tras ejecutar tareas de vigilancia en un domicilio particular de esa zona, identificaron a un hombre que coincidía con las características del prófugo.
Una vez confirmada su identidad mediante los documentos correspondientes, procedieron a su aprehensión en la vía pública. El detenido quedó bajo la jurisdicción del Juzgado De Garantías N°6 del Departamento Judicial de San Isidro, imputado por el delito de “abuso sexual agravado”, que representa una de las figuras penales más graves en la legislación argentina.
Este caso pone nuevamente en evidencia la problemática del abuso intrafamiliar, un flagelo que afecta a miles de familias en el país y que requiere de políticas públicas más contundentes para su prevención y erradicación.
