Una vez más, la presencia de embarcaciones procedentes de China genera inquietud en los sectores vinculados a la defensa de los recursos marítimos nacionales. Especialistas en cuestiones ambientales han alertado sobre la detección del pesquero Lu Qing Yuan Yu 205 llevando a cabo tareas de exploración y cartografía en territorios que integran la plataforma submarina argentina, sin contar con autorización gubernamental alguna. Este hallazgo reproduce una situación similar a la documentada hace tres años, cuando la misma nave fue identificada realizando actividades equivalentes en la región patagónica.
El Círculo de Políticas Ambientales, a través de su integrante Milko Schvartzman, divulgó información detallada sobre los desplazamientos del Lu Qing Yuan Yu 205. Según los registros compartidos, la embarcación ejecutó maniobras de carácter lento, ordenado y repetitivo frente a las costas de Chubut, Río Negro y Buenos Aires, patrones que resultan compatibles con investigaciones de naturaleza biológica y geológica en el océano. El navío utilizó el puerto uruguayo de Montevideo como punto de abastecimiento y reaprovisionamiento para sus operaciones.
Los antecedentes del Lu Qing Yuan Yu 205 resultan preocupantes. En enero de 2023, la misma organización ambiental emitió un análisis técnico señalando que el buque había ejecutado movimientos que coincidían con estudios científicos marinos realizados sobre la Plataforma Continental Argentina, específicamente en sectores ubicados hacia el este de la Zona Económica Exclusiva nacional. Los especialistas advirtieron que estas tareas de prospección podrían estar orientadas a identificar características químicas del agua, especies comerciales de interés pesquero, recursos genéticos marinos o la composición del lecho oceánico. Dado que la Comisión de Límites de las Naciones Unidas reconoce la soberanía argentina sobre esta plataforma, cualquier investigación sin aprobación estatal constituiría una violación de la normativa internacional.
La nave forma parte de la flota operada por Qingdao Ocean Fishery Overseas, una compañía con un registro problemático que incluye denuncias de vulneraciones a derechos humanos en sus instalaciones flotantes. Estos barcos han sido documentados capturando fauna marina protegida, como sucedió en 2020 cuando se registró la captura de un ejemplar juvenil de elefante marino en aguas patagónicas. Desde 2015, la empresa mantiene una base operativa en Montevideo, desde donde coordina sus actividades en el Atlántico Sur.
Aunque la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar reconoce el derecho de navegación libre en aguas internacionales, el Círculo de Políticas Ambientales sugiere que el gobierno argentino debería solicitar explicaciones formales a sus autoridades homólogas chinas. Esta solicitud cobra relevancia considerando que la flota recibe subsidios estatales de Pekín y que numerosas embarcaciones son propiedad directa del Estado chino. La situación plantea interrogantes sobre la vigilancia y control de la soberanía marítima nacional en una región estratégica.
El pesquero Lu Qing Yuan Yu 205 continúa siendo objeto de seguimiento por parte de organizaciones civiles dedicadas a la protección ambiental y marina. Su reaparición en aguas argentinas después de varios años reaviva el debate sobre la necesidad de fortalecer los mecanismos de fiscalización en el Atlántico Sur y de establecer protocolos más rigurosos para autorizar actividades de investigación marina en territorios bajo jurisdicción nacional. La falta de transparencia respecto a los objetivos reales de estas expediciones mantiene la alerta en los círculos especializados en defensa de recursos naturales.



